Corazones de Chocolate para San Valentín

Pues sí. Al final también he sucumbido al reto de llenar las redes sociales de corazones. Y lo hago con estos corazones de chocolate, que sí, es San Valentín, pero están tan ricos que podemos hacerlos cualquier día del año. Es una de esas que nunca entenderé, ¿por qué los que tenemos un blog de cocina solo hacemos postres con forma de corazón el 14 de febrero? Al final somos peores que la campaña que cada año hacía El Corte Inglés. Así que desde aquí propongo llenar nuestra vida de corazones, y más en esta época tan dura que estamos viviendo.

Pero vamos a lo importante: estos bizcochos de chocolate. Con mermelada de fresa y un toque de chocolate Ruby. ¿Lo habéis probado ya? Es conocido como el cuarto chocolate. Un cacao rubí que tiene ese color de manera natural, sin colorantes añadidos. Yo he utilizado el chocolate Ruby de Callebaut.

Molde y chocolate podéis encontrarlo en En Juliana. Os dejo los dos enlaces: este es el molde que he usado. Es un molde con un pequeño hueco para poder poner relleno. Y en este otro enlace podéis ver el chocolate Ruby de Callebaut.

Ingredientes:

2 huevos M
90 gr de nata 35% materia grasa
100 gr de harina
35 gr de cacao 0% azúcar
1 tsp de levadura química/polvo de hornear
80 gr de azúcar
pizca de sal
pepitas de chocolate ruby
mermelada de fresa
sprinkles para decorar

Elaboración:

Precalentamos el horno a 180º
Tamizamos harina con cacao, levadura y sal.
En un bol batimos muy bien huevos y azúcar, prácticamente hasta que doblen su tamaño. Añadimos la nata y continuamos batiendo.
Incorporamos la mezcla de harina, poco a poco. Mezclamos con la ayuda de una espátula hasta tener una mezcla homogénea.
Repartimos la mezcla en las cavidades llegando hasta la mitad. Colocamos unas cuantas pepitas del chocolate en el centro y cubrimos con un poco más de masa. Debemos tener en cuenta que solo podemos llenar las cavidades las 3/4 partes.
Horneamos a 180º durante unos 20-25 minutos.
Retiramos del horno y dejamos reposar en el molde durante 5 minutos. Luego, con cuidado, desmoldamos y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Una vez fríos, decoramos.
Colocamos una cucharadita de mermelada en el hueco del molde, y cubrimos con chocolate fundido. Repartimos los sprinkles por encima mientras el chocolate aún está blando.