Cuando leáis la receta de hoy, yo estaré cruzando el muro rumbo a Madrid. Me esperan dos días de disfrute máximo con mi otra «costilla». No sé si en algún momento del día comeremos Kanelbullar, pero que nos vamos a poner las botas como hacemos cada vez que nos juntamos, eso seguro. Un fin de semana gastronómico, pero también con muchas horas para charlar, compartir y disfrutar juntas.
Pero no os vais a librar, porque os dejo tarea. No sé si aún quedará algún inocente que no haya probado los Kanelbullar. Lo dudo…
Fue una de las primeras recetas que preparé cuando empecé con el blog, pero por misterios de la vida (y de la informática) es una de esas recetas que no quisieron venirse conmigo con la migración de blogger a wordpress. Revisando me encontré que no estaban ni en lo más escondido del blog, así que le he puesto remedio. Una receta que todo el mundo conoce, pero que debe formar parte de nuestro recetario.
Como podéis ver, los he horneado a la manera tradicional y en moldes individuales ¡será por moldes en esta casa! Sea cuál sea la forma elegida, son absolutamente deliciosos.
Difícil conformarse sólo con uno. Y si los hacemos en moldes individuales nos hace la tarea de morir por kanelbullar mucho más fácil.
De origen sueco, las primeras referencias datan de mediados del siglo XIX, aunque en esas fechas sólo se elaboraban en las cocinas de las familias más ricas. No será hasta los alrededores de 1920 cuando su elaboración se popularice y su consumo traspase las fronteras de los países nórdicos. En cualquier caso, debemos estarles muy agradecidos por estos maravillosos panes que hemos heredado.
Kanelbullar
Ingredientes:
- 250 ml de leche entera (ligeramente tibia)
- 1 huevo M
- 100 gr de mantequilla en pomada
- 110 gr de azúcar
- 1/2 cucharada (tbsp) de canela
- 500 gr de Harina de Fuerza
- 20 gr de levadura fresca de panadería
Relleno:
- 50 gr de mantequilla en pomada
- 80 gr de azúcar moreno
- 1/2 cucharada (tbsp) de canela
Elaboración:
- Templamos ligeramente la leche y disolvemos la levadura en ella. Tapamos y dejamos reposar 15 minutos.
- En un bol, mezclamos harina, azúcar y canela. Poco a poco vamos añadiendo la leche y mezclando.
- Incorporamos el huevo batido y la mantequilla (prácticamente fundida) y comenzamos a amasar, hasta que tengamos una masa lisa y elástica.
- Formamos una bola y dejamos reposar dentro de un bol, tapado y en un lugar cálido hasta que haya doblado su tamaño.
- Mientras, preparamos el relleno mezclando todos los ingredientes hasta formar una pasta.
- Amasamos ligeramente la masa. Estiramos forman un rectángulo y repartimos el relleno por toda la superficie.
- Enrollamos. Cortamos porciones de unos 5 cm de grosor.
- Las colocamos dentro de un molde cuadrado, rectangular, individuales… forrados con papel de horno. Cubrimos y dejamos reposar de nuevo hasta que aumente su tamaño.
- Precalentamos el horno a 170º
- Junto antes de meter al horno pintamos con un poco de leche,
- Horneamos a 170º durante unos 15-17 minutos.
- Retiramos del horno y dejamos templar.
Se pueden glasear, pero a mi así me parece que están perfectos. No necesitan nada más.
Y ahora… ¡a disfrutar del fin de semana!
Natalia.
Se ven muy buenos!! Que textura tienen?? A mi me gustan estilo « brioche »… Cm son estos?? Muchas gracias ❤️
Creo que deberías probarlos 😉 Te gustarán.