Brioche de Espinacas y Queso Feta

Queso feta, espinacas, jamón de york…. Tres ingredientes que combinados entre sí se convierten en el relleno perfecto para preparar este brioche salado. Estamos acostumbrados, al menos yo, a preparar este tipo de panes siempre en su versión dulce, pero la verdad es que son unas masas que ofrecen muchas posibilidades, y una de ellas es hacerlas saladas. Así tenemos como resultado este Brioche de Espinacas y Queso Feta.

Además de estrenarme en la modalidad salada del brioche, también es mi estreno en el proceso de levado lento. Es la primera vez que preparo este tipo de masa con tan poca levadura y con un período de reposo en frío durante toda la noche. Pero como dicen, nunca es tarde si la dicha es buena y en este caso, ha sido un éxito rotundo.

Normalmente, cuando tengo pensado amasar, suelo madrugar para iniciar cuanto antes los tiempos de levado. Pero aún así, muchas veces se complica y la preparación de la receta acaba alargándose demasiado. Por eso me apetecía probar esta forma de hacerlo, y la verdad, es que me ha encantado. Te permite organizar los tiempos muy bien, y el resultado ha merecido la pena.

Como siempre últimamente, la receta apareció en Pinterest y al día siguiente me puse con ella. Podéis ver la receta original en el blog italiano Chiarapassion. Un blog interesante por el que merece la pena darse una vuelta.

Sólo necesitaremos 2 gr de levadura fresca. Aunque si optamos por prepararlo con el procedimiento de levado habitual, en la receta original se indica que utilizaremos 10 gr de levadura (se amasa, se deja reposar hasta que dobla su tamaño, formamos y dejamos reposar de nuevo durante 1 hora antes de hornear)

Como os digo, yo lo he preparado siguiendo el proceso de levado lento.

En cuanto al relleno, tenéis muchas opciones. Yo me he ido a la cocina mediterránea, combinando espinacas y queso feta. Un relleno que le va perfecto a este pan, pero podéis prepararlo con el relleno que más os guste, las posibilidades son infinitas.

Ingredientes:

• 500 gr de harina de fuerza
• 2 gr de levadura fresca de panadería
• 250 ml de leche entera
• 50 gr de aceite de oliva
• 1 tsp (cucharadita) de azúcar
• 10 gr de sal
• 1 huevo
• huevo, leche y semillas de sésamo para pintar
• espinacas
• ajo
• jamón de york
• queso feta

Elaboración:

1. En un bol, ponemos harina y levadura y añadimos la leche, el huevo batido y el aceite. Comenzamos a mezclar (lo mejor al principio es utilizar una cuchara de madera para ir integrando todos los ingredientes)
2. Añadimos azúcar y mezclamos y a continuación incorporamos la sal.
3. Empezamos a amasar. Debemos conseguir una masa suave, lisa y elástica. Podemos alternar períodos de amasado y reposo e iremos viendo cómo la masa coge cuerpo.
4. Engrasamos ligeramente un bol, y colocamos la masa dentro. Cubrimos y dejamos reposar a temperatura ambiente durante 1 hora.
5. Pasado ese tiempo, guardamos la masa en la nevera durante toda la noche (en la receta se indica que el tiempo mínimo son 11 horas y el máximo 20 horas)
6. Al día siguiente, retiramos la masa de la nevera y la dejamos a temperatura ambiente durante unas 2 horas.
7. Preparamos el relleno: picamos ajo y sofreimos. Incorporamos las espinacas (lavadas, escurridas y picadas) y rehogamos durante unos 5 minutos. Retiramos del fuego y reservamos.
8. Desgasificamos la masa y la dividimos en dos partes.
9. Estiramos ambas formando un rectángulo.
10. Colocamos sobre cada una de las partes, jamón de york, las espinacas y el queso feta desmigado.
11. Enrollamos y trenzamos las dos partes. Presionamos bien los extremos.
12. Forramos un molde con papel de horno, y colocamos la masa dentro. Cubrimos y dejamos reposar durante 1 hora.
13. Precalentamos el horno a 190º
14. Pintamos con huevo batido y leche, y espolvoreamos con semillas de sésamo.
15. Horneamos a 190º durante unos 40 – 45 minutos (el tiempo de horneado dependerá un poco de la forma que le hayamos dado)

En la receta original, se forma como una corona. Podéis hacerlo como más os guste. Si veis que se dora demasiado rápido, podéis cubrirlo con papel de aluminio.

Una vez que lo retiremos del horno, lo dejamos enfriar sobre una rejilla, pero lo mejor es servirlo templado, con el queso fundido mezclado con la masa. Según voy escribiendo se me hace la boca agua.

¿Quién va a ser el primero en prepararlo? Nos vemos el viernes.

Natalia.