Pan dulce de Calabaza y Azafrán.

Creo que últimamente me estoy haciendo adicta a los panes y masas dulces. Si no fuera por falta de tiempo, creo que sería lo único que hornearía todas las semanas. Disfruto amasando, y este tipo de panes me tienen enganchada. Sobre todo desde que prácticamente vivo en Pinterest. Infinidad de brioches, panes y demás masas dulces me tientan cada vez que paso por allí. Y así fue como encontré este Pan de Calabaza y Azafrán. Un pan dulce muy tierno y aromático, y que una vez que lo empiezas es imposible parar. Os digo desde ya que es adictivo.

Es una receta sencilla que he encontrado en The Moonblush Baker, un blog por el que merece la pena que os deis un paseo, porque tiene muchas más recetas apetecibles y algunas de ellas ya están en mi lista.

Yo he utilizado la mitad de los ingredientes, y aún así sale un pan de un buen tamaño. Pero si queréis utilizar sus cantidades os saldrán dos señores panes, para vosotros y para repartir con los vecinos.

Ingredientes:

75 gr de uvas pasas
75 ml de vino marsala
50 gr de mantequilla
150 ml de leche
7 gr de levadura seca de panadería (aproximadamente un sobre)
1 yema de huevo (utilizaremos la clara para pintar el pan)
50 gr de azúcar
12 hebras de azafrán
100 gr de puré de calabaza
350 gr de harina de fuerza
azúcar moreno para el relleno

Elaboración:

El día anterior, preparamos el puré de calabaza y lo dejamos escurrir toda la noche. Ponemos las uvas pasas con el vino Marsala, para que se hidraten bien.
A fuego medio, calentamos la leche junto con la mantequilla. Cuando ésta se haya fundido, añadimos las hebras de azafrán y dejamos en el fuego un par de minutos. Luego retiramos, tapamos y dejamos infusionar durante 15 minutos.
Pasados esos 15 minutos, incorporamos la levadura seca y mezclamos. Dejamos reposar otros 5 minutos más.
En un bol, con una cuchara de madera, mezclamos harina, azúcar, la yema de huevo y el puré de calabaza.
A continuación, añadimos los líquidos, y mezclamos. Cuando esté más o menos todo integrado, sacamos la masa a la encimera y comenzamos a amasar. Es una masa bastante hidratada, por lo que haremos un amasado francés. Yo he amasado en períodos cortos, y dejado reposar un par de minutos entre los amasados, repitiendo varias veces, hasta conseguir una masa lisa y elástica.
Cuando la masa esté lista, la colocamos dentro de un bol ligeramente engrasado, cubrimos y dejamos reposar hasta que haya doblado su tamaño (aproximadamente durante 1 hora, pero el tiempo dependerá de la temperatura que tengamos en casa)
Una vez que haya doblado su tamaño, amasamos ligeramente para desgasificar la masa. Estiramos con un rodillo de madera formando un rectángulo.
Espolvoreamos azúcar moreno por toda la superficie, y repartimos las uvas pasas escurridas.
Enrollamos la masa, apretando para que quede firme, y formamos un rulo.
Con un cuchillo afilado, cortamos la masa a la mitad, longitudinalmente y sin llegar a uno de los extremos. Giramos con cuidado cada una de las mitades (veremos las capas), y luego las trenzamos. Presionamos bien los extremos.
Cuando tengamos la masa con la forma, la colocamos dentro del molde forrado con papel de horno, cubrimos y dejamos reposar 45-50 minutos.
Cuando la masa esté lista, pintamos con la clara de huevo ligeramente batida y espolvoreamos con azúcar.
Horneamos a 180º (horno siempre precalentado) durante 40 – 45 minutos. Si vemos que se dora demasiado rápido, podemos cubrir con papel de aluminio
Dejamos enfriar sobre una rejilla

Me gusta todo: color, aroma, sabor… Es increíble el sabor tan especial que aporta el azafrán, que por cierto combina a la perfección con la calabaza. De verdad, si con el resto de recetas siempre os digo que tenéis que hacerlas, con ésta, insisto, es obligatoria. Creo que es uno de los panes más ricos que he probado últimamente. Además, no es complicado, y el resultado os puedo asegurar que merece la pena. Yo repetiré el fin de semana.

¡A ver quién es el primero que lo hace!

Natalia.