¡Buenos días!
¿Cómo se presenta el domingo? Por aquí de lo más anodino. Toca sesión de plancha intensiva. Es una de las cosas que más odio de mi actual «vida de ama de casa», y claro, lo voy dejando hasta acumular una montaña parecida a la que tenían Los Curris, pero nada, me he levantado y he visto que el duende que hace las cosas tampoco había venido esta noche, así que no me queda más remedio que ponerme a ello…
¿Cómo se presenta el domingo? Por aquí de lo más anodino. Toca sesión de plancha intensiva. Es una de las cosas que más odio de mi actual «vida de ama de casa», y claro, lo voy dejando hasta acumular una montaña parecida a la que tenían Los Curris, pero nada, me he levantado y he visto que el duende que hace las cosas tampoco había venido esta noche, así que no me queda más remedio que ponerme a ello…
Pero antes, os cuento cosas sobre uno de mis restaurantes favoritos de Salamanca, que casi se me pasa el año y aún no os había hablado de este sitio!
Sí, ya sé lo que estáis pensando…, que no paramos de salir a comer, todo el día de aquí para allá… Pues más o menos es así, es algo parecido al juego de la Oca, vamos de restaurante en restaurante. Pero es que ambos disfrutamos con la gastronomía, y si encima te vas encontrando sitios como éste, el disfrute es aún mayor.
Me encanta Salamanca, es una ciudad a la que nunca me canso de volver, porque siempre encuentras algo nuevo y que no habías visto antes. Además, la recuerdo con mucho cariño, porque en Salamanca pasé mi primera noche fuera de casa. Aún recuerdo el «mini-viaje de estudios» que hicimos en EGB (sí, soy de la EGB, no hace falta que empecéis a echar cuentas de cuántas castañas tengo, ya os digo yo que son muchas…) Pero ya ha llovido de aquello, os diré que en la radio lo petaba Modestia Aparte…
Pero bueno, vamos a dejar este momento abuelo cebolleta, y a lo que importa. Este sitio lo descubrimos hace un par de años gracias a nuestros amigos Eugenio y Ana. Ellos viven allí, y además de estar pendientes de nosotros cada vez que vamos, nos llevan a sitios fantásticos, y éste es uno de ellos. Así que cada vez que volvemos, es visita obligada.
Es un lugar muy acogedor, con un servicio excelente y una carta cuidada. Productos de primera calidad, y un trato exquisito del pescado.
Os dejo unas fotos con alguna de las cosas que comimos la última vez que estuvimos allí. Aunque aviso, que no tienen muy buena calidad. La luz no ayudaba mucho, y ello unido a que mi móvil ya está a punto de la jubilación…, pero bueno, he podido rescatar alguna, al menos para que podáis haceros una idea.
Las Bolsitas de queso y gambas y el Canutillo de manzana relleno de micuit, son obligatorios. Siempre los pedimos. Además, esta vez también probamos la Ensalada de Pulpo, y estaba exquisita.
La sorpresa fue el Pez Mantequilla. Lo habíamos probado, pero sólo en sushi o sashimi, y nos encanta. Pero cocinado es lo más, tiene un sabor que recuerda muchísimo al atún! Y la verdad es que estaba buenísimo. Del resto de platos principales que comimos, no he podido rescatar foto, pero sé que el cabrito asado estaba muy bueno.
Pero para mi, lo mejor, como siempre, el postre.
Especialmente el Pastel de Cereza Caliente. Soy muy fan del coulant, pero desde que he probado éste, no quiero otro. De verdad, si tenéis la oportunidad de pasar por allí, no dejéis de probarlo. Los demás que hemos probado también están muy buenos, pero para mi, éste es mi favorito. Merece la pena la espera. La combinación de cereza y chocolate es perfecta.
Ya os digo que es un sitio al que volver siempre que vamos a Salamanca, y aunque tenemos unos platos fijos a los que nunca renunciamos, siempre hay algo nuevo que probar en la carta. Y sobre todo, es importante dejarse aconsejar por su personal, porque siempre aciertan con sus recomendaciones.
Os dejo AQUÍ su web con la información de ubicación, contacto… Os recomiendo reservar con antelación, porque suele llenarse enseguida.
Espero que la próxima vez que visitéis Salamanca, paséis por allí, y que luego me contéis que os ha parecido.
Nos vemos el martes.